Tus ojos como el alba se tornan de ocaso, Induciendo a mi boca a complacer tu gracia inmensa, admirablemente bella, y tu alegría se cierra detrás de tus párpados, ocultando una caricia, prohibiéndose una lágrima.
Las igriegas me persiguen, constantemente me acechan, y se me clavan en mi pecho como dagas perdidas en los sueños, entre una disyuntiva equidistante de mi estatura intacta.
¡Mi amor no aguanta más que tu amor, y mis decisiones no aceptan más que tu cordura!
Tengo miedo
Sin embargo en tus ojos una respuesta existe, junto con el brillo natural de los amantes. Mas, me mantengo ciego a cualquier duda que pueda ser aclarada, por la impertinencia mía de no caer rendido y la decisión implacable de no causar mal alguno.
Tengo miedo
Como fabricante de sueños, de tus sueños, me mantengo a la raya firme del fin, atento a tus relieves, a tu existencia. Y continúo mi camino de estrellas grises y agrietadas.
A los pies de la igriega estoy detenido, vacilante, indeciso; recojo un ramo de tus recuerdos blancos para regalarlos a mi mente oscura.
El mundo me oculta tu presencia amada, mas me regala tu palabra y tu cadencia, yo recorrí durante años esta ruta de tempestades, entre tormentas y eclipse mantuve mi rumbo hacia tus ojos, y cambié muchas conquistas para que ahora tu puedas mirarme
Las igriegas me persiguen, constantemente me acechan, y se me clavan en mi pecho como dagas perdidas en los sueños, entre una disyuntiva equidistante de mi estatura intacta.
¡Mi amor no aguanta más que tu amor, y mis decisiones no aceptan más que tu cordura!
Tengo miedo
Sin embargo en tus ojos una respuesta existe, junto con el brillo natural de los amantes. Mas, me mantengo ciego a cualquier duda que pueda ser aclarada, por la impertinencia mía de no caer rendido y la decisión implacable de no causar mal alguno.
Tengo miedo
Como fabricante de sueños, de tus sueños, me mantengo a la raya firme del fin, atento a tus relieves, a tu existencia. Y continúo mi camino de estrellas grises y agrietadas.
A los pies de la igriega estoy detenido, vacilante, indeciso; recojo un ramo de tus recuerdos blancos para regalarlos a mi mente oscura.
El mundo me oculta tu presencia amada, mas me regala tu palabra y tu cadencia, yo recorrí durante años esta ruta de tempestades, entre tormentas y eclipse mantuve mi rumbo hacia tus ojos, y cambié muchas conquistas para que ahora tu puedas mirarme