dejar mi cuarto encerrado
y bajar a bailar entre borrachos.
Uno es un tonto en una cama acostado,
sin mujer, aburrido, pensando,
sólo pensando.
No tengo "hambre de amor", pero no quiero
pasar todas las noches embrocado
mirándome los brazos,
o, apagada la luz, trazando líneas con la luz del cigarro.
Leer o recordar,
o sentirme tufos de literato,
o esperar algo.
Habría que bajar a una calle desierta
y con las manos en la bolsas, despacio,
caminar con mis pies e irles diciendo:
uno, dos, tres, cuatro...
Este cielo de México es oscuro,
lleno de gatos,
con estrellas miedosas
y con el aire apretado.
(Anoche, sin embargo, había llovido
y era fresco, amoroso, delgado.)
Hoy habría que pasármela llorando
en una acera húmeda, al pie de un árbol,
o esperar un tranvía escandaloso
para gritar con fuerzas, bien alto.
Si yo tuviera un perro podría acariciarlo.
Si yo tuviera un hijo le enseñaría mi retrato,
o le diría un cuento
que no dijera nada, pero que fuera largo.
Yo ya no quiero, ¡no!, yo ya no quiero
seguir todas las noches vigilando
cuándo voy a dormirme, ¡cuándo!
Yo lo que quiero es que pase algo,
que me muera de veras
o que de veras esté fastidiado,
o cuando menos que se caiga el techo
de mi casa un rato.
La jaula que me cuente sus amores con el canario.
La pobre luna, a la que todavía le cantan los gitanos,
y la dulce luna de mi armario,
que me digan algo,
que me hablen en metáforas
como dicen que hablan,
este vino es amargo,
bajo la lengua tengo un escarabajo.
¡Qué bueno que se quedara mi cuarto
toda la noche solo, hecho un tonto, mirando!
6 comentarios:
grande Sabina!
Me gusto, aunque es un poco melancolico... cuidate nos vemos. que estes bien.
gordito??
jeeje
hubiese leido lo que estaba escrito, pero...
1 toy escribien2 pa la pega
2 me dulen los ojitos y
3 tengo flojera
XD
pero tu sabi que yo te keriba mxo
hay nos vemo pa la feria del libro
que como hace 3 años tay promete que promete
pero en fin es lo que hay
besitos
cuidate
Muy bueno, asi es el cielo oscuro en sus rondas por Mexico.
Este Jaimito siempre tiene una frace o una palabra, aunque sea corta, que me transporta a momentos muy significativos.
Miztica: se llama SABINES. Cuándo termino de leer a Jaime Sabines mi corazón termina con más nostalgia que la que poseía al inicio de la lectura y eso me hace amar más su obra.
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