miércoles, 9 de abril de 2014
La verdad verdadera. [La Tregua, fragmento. Mario Benedetti]
La verdad es que esa excelente opinión de mí mismo ha decaído bastante.
Hoy me siento vulgar y, en algunos aspectos, indefenso. Soportaría mejor
mi estilo de vida si no tuviera conciencia de que (sólo mentalmente,
claro) estoy por encima de esa vulgaridad. Saber que tengo, o tuve, en
mí mismo elementos suficientes como para encaramarme a otra posibilidad,
saber que soy superior, no demasiado, a mi agotada profesión, a mis
pocas diversiones, a mi ritmo de diálogo: saber todo eso no ayuda por
cierto a mi tranquilidad, más bien me hace sentir más frustrado, más
inepto para sobreponerme a las circunstancias.
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Yo No Sabía Que No Tenerte Podía Ser Tan Dulce Como Nombrarte Para Que Vengas, Aunque No Vengas... Y No Haya Sino Tu Ausencia, Tan Dura Como El Golpe Que Me Di En La Cara Pensando En Vos...
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