viernes, 16 de noviembre de 2007

Las ratas se me han escapado del queso

Las ratas se me han escapado del queso, quizá leyeron mi pensamiento de rosticería ratonil. Quizá las horas se me alargaron como cola corta y cola larga en un reloj de pared. Y van dejando huellas con sus patas cartilaginosas en su transparencia por las baldosas de espejos, recordándome que la voz de la entraña humana es huella también y su silencio lo es más, por ser de un lenguaje absolutamente propio, y no es necesario decodificar nada, pues lo es todo. Y dejo caer en la voz muda lo presupuesto, e intercambio miradas de inteligencia con el silencio ante la estupidez de todos, la risa se decanta en la garganta como una bola de vidrio que pulsa el cuello, qué ahogo más triste y más personal en la insonoridad. Y pienso que es tan tonto creer que entre vocales y consonantes puede hallarse lo propio, cuando los elementos son compartidos en la universalidad, cuando todos son reformulaciones de lo ya añejo, y la exteriorización no es más que confundir lo físico con lo etéreo, no es más que confundir colas de roedores con manecillas de reloj, y recrear incesantemente transfiguraciones terribles, inhumanas, monstruosas a veces, nada puede ser tan bajo que creerse dueño de la banca más pública, más garabateada, más rozada, más multiutilizada, más llena de excrementos varios, de la más céntrica de la plaza.
Y no, no confundamos el queso con los estúpidos intentos de hacer que una rata nos mire piadosamente.

martes, 13 de noviembre de 2007

Tus Labios

Navego en tus labios ida y vuelta, y no me canso,
No me canso de beber en la tierna vertiente que te nace,
No me canso de verme sumergido en tus labios,
No me canso de verte murmurar un beso,
Que sube al cielo para encontrarme distraído
Y revolotean en mi estómago todas las estrellas,
Se enloquecen en mi mente todas las mariposas
Y me bajo a la tierra para vivir tu beso,
Para sentir la carne que se entrecierra en mi boca.

El caudal que baja de la suave rosa que te prende
Se lleva consigo mis tormentos y aflicciones,
Y cuando en tus labios olvido que me encuentro en el cielo,
Y cuando en tus besos me olvido de la gloria,
Trepo tu cuerpo completo y vivo otra vez
Esta agonía dulce que me queda.

El Viento


Como pertenezco al viento
Tu rostro estaré tocando,
Cuando mis cantos eleve al cielo
Y el sublime deseo que me llena
Arrase como un huracán tu cuerpo frágil,
Ahí estaré tocándote, ahí estaré sintiéndote,
Segundo a segundo, suspiro a suspiro,
Cuando pase y vuelva a pasar
Por tu cintura,
Cuando sople y vuelva a besar tu frente,
Tus mejillas, estaré tocándote

Yo seré quién te refresque en las mañanas,
Yo seré quien te adore por las noches.

Para vivir estaré contigo,
A cada instante.
Y cuando corra por el mundo
Volveré siempre hacia ti
Para tenerte entre mis brazos,
Para rozar tus mejillas,
Acariciar tus manos,
Para besar tu frente.

Por eso corro incansablemente,
Vuelo las hojas y los pájaros,
Y canto, canto para ser en tu oído.
Soy cuando tú me sientes.

domingo, 11 de noviembre de 2007

11 de noviembre de 2007 / 02:24 am

Eve:

Eso que escribiste y que acabo de leer hace un par de minutos es, con toda la sinceridad que poseo… lo más hermoso que he leído.

Hace 15 minutos acabamos de hablar… y no te fuiste contenta, me evitabas de sobre manera y claro que me quedé triste pensando… pensando en qué sería aquello que evitabas… incluso pensaba más allá de eso… pensaba en por qué motivo no puedes contarme, aquello me hace sentir mal.

Debo reconocer que me gusta cuando me evitas, o mejor dicho, cuando me evitaste esa noche que estuvimos juntos, cuando te abrazaba insistentemente y te besé los labios y te sequé las lágrimas, no pude verte llorar pero fue mejor así… sentirte bajo esa oscuridad y decirte dulcemente todo lo que te quiero, y, como dije antes… abrazarte como el viejo cargante que soy. Me entristece pensar que dormirás con una sensación de molestia y enojo… tal vez con un par de lágrimas rodándote por la mejilla, más triste aún pensando que no te llamaré durante la noche, pero, ¿Cómo me voy a perder escuchar la vocecita más tierna que pueda existir en la noche? Siempre te digo que dormida eres otra mujer, pero eso no es cierto y qué bueno que lo sepas, es solamente que dormida aglutinas lo tierna y dulce que eres, me encanta hablarte cuando estás somnolienta.

Me vine a acostar preocupado, entiendo lo que te sucede, pero me preocupa no poder abrazarte cuando lo piensas, darte ese abrazo apretado que me pedías cuando te ponías triste. Yo me pregunto si te gustan más mis abrazos o una sonrisa que plasma cuanto te quiero.

Quisiera decirte en este momento todo lo que te quiero, te llamaré para decírtelo, para hacerte sonreír, abrazarte un rato… y darte un besito de buenas noches

jueves, 8 de noviembre de 2007

Tus ojos

En la inmensidad del Cielo
Se encuentran escondidos tus ojos,
Que solo mi voz los ha encontrado
Perdidos en el devenir entero
De la niña frágil y bella que me espera
Sentada sobre una estrella.

Investigar en tus ojos
Es una travesía por planetas y estrellas,
Por las constelaciones,
Por la inmensa y fascinante cosmogonía.
Detrás de tus ojos tienes otros ojos,
Que me encierran detrás de tus pupilas
Y así, miro lo que tú miras, sueño lo que tú sueñas,
Leo lo que lees, me entrego en tus ojos al calor.

Y cuando se cierran tus párpados
Y cuando tu iris se oculta,
Cuido tus sueños y los míos,
Los florezco, los apaciguo, los guardo en tu retina.
Yo cambio todos mis sueños,
Para ahora poder velar los tuyos.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Angustia!



Angustia de estar en el fondo,
Adherido a las nubes sumergidas,
El sol, mi sol, este sol.
Se cuela entre las olas
Para encender y avivar mi ansiedad.

Angustia de estar rodeado de vida,
Angustia de estar muriendo de angustia.

Angustia de tenerte lejos,
Tristeza de sentir levemente el matiz de tus rayos,
Angustia de tener en mis manos la vida
Y no poder vivirla.
De ser nada más que gritos lanzados al viento,
Rastro de sangre en el mar de mi angustia.

Angustia abandonada, angustia perpetua,
Morder los años y los sueños,
Deshacerse de la vida no vivida,
Dejarse llevar por el olvido de la muerte,
Angustia de alcanzar la diadema
De la perfección.







Yo No Sabía Que No Tenerte Podía Ser Tan Dulce Como Nombrarte Para Que Vengas, Aunque No Vengas... Y No Haya Sino Tu Ausencia, Tan Dura Como El Golpe Que Me Di En La Cara Pensando En Vos...



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