Agua, dadme la sed de cada día,
Dadme el deseo eminente de su cuerpo,
Dadme el tibio temblor de sus labios.
Agua, Quiero la profundidad de sus ojos oceánicos,
Deseo la dulce tentación de beberla beso a beso,
La gran satisfacción de condensarla en caricias.
Agua, Concédeme la dicha de correr por su cuerpo,
Adorar cada rincón de sus ríos vitales,
De fundirnos febrilmente en un beso.
Agua, Regálame la ternura infinita de su Alma,
La alegría sublime de un tibio abrazo,
La pasión magnífica de su cuerpo.
Agua, Quiero la dulce condena de estar a orillas de su río,
Mirándola.
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