Ese día será como todos,
El viento correrá por las hojas,
El río besará las piedras,
Los pájaros como siempre
Afirmarán el cielo.
La gente caminará por las avenidas
A sus trabajos rutinarios;
El rocío caerá al pasto
Como a su cama mi princesa,
Como el rocío a mis labios.
No por ser ese día el crepúsculo
Se vestirá con su mejor tenida,
Será como siempre: puntual y bello.
El Arcoíris no dejará de llamarse arcoíris
Ni en su principio (o final) faltará el tesoro.
El Pan de cada día
Lo seguirá dando el panadero
Y no el poeta, como quería creerse.
La ciudad despertará a la misma hora
Y las oficinas cerrarán como de costumbre.
Las nubes llevarán su cargamento de estrellas
Para acomodarlas en su sitio,
Como ayer, sí, como siempre.
La Luna no se vestirá de Sol
Sino de plata como suele hacerlo.
La palabra de mi Amada
Golpeará con más fuerza en mis sienes,
Su pecho seguirá apretado al mío;
Sus caricias seguirán en mi cuerpo aquel día,
Desde aquel día, en mi cuerpo.
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