"Puesto que no te puedes convertir en paloma... Bien muerta estás"
Dijo con frialdad al septimo puñal que hundía en sus entrañas. su voz retumbó por toda la estación del metro ya vacía a esas altas horas de la madrugada.
Sus lágrimas brotaron, el puñal cayó de su mano temblorosa a los primeros escalones, sus rodilas chocaron fuertemente en el peldaño al observar el cuerpo desnudo de la muchacha y ver que sus pechos revoloteaban como dos blancas alas y verla volvar por la noche Santiaguina como la más dulce Paloma.
1 comentario:
me encantó,,,,,,, dale con esos relatos cortitos....son súpèr potentes.....mely
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